A pesar de los grandes avances que hemos logrado en muchos ámbitos de nuestra vida y de tener totalmente cubiertas las necesidades básicas, hemos descuidado por completo otras igualmente importantes para nuestra salud física y mental, como es la necesaria relación con el entorno del que formamos parte.
Larousse Editorial publica ahora Tradición silvestre, una invitación a fluir con la naturaleza celebrando sus ciclos y abrazando las energías que la tierra nos brinda en cada momento, igual que lo hacían nuestros antepasados. Su autora, Begoña Imaz, es farmacéutica y perfumista, lleva años ejerciendo en los mostradores de oficinas de farmacia, donde el contacto diario con pacientes le ha permitido ser consciente de los problemas de salud e inquietudes que aquejan nuestra sociedad. Su pasión por la naturaleza y por las antiguas tradiciones la ha llevado a formarse ampliamente en los campos de la fitoterapia, la medicina natural y el mundo de los aromas.
Nuestros ancestros, que vivieron y trabajaron la tierra en la que nosotros vivimos ahora, observaban los ciclos y los cambios que se producían en la naturaleza y adaptaban sus propios ritmos y tareas para lograr vivir con armonía con ella. Aprender a reconocer y entender los ciclos de nuestro entorno nos puede ayudar a aceptar las energías únicas que cada estación y cada momento del año nos acercan y a caminar en nuestro día a día con mayor armonía en lugar de nadar a contracorriente.
En un mundo cada vez más globalizado, muchas veces nos dejamos fascinar por ritos que nos llegan de territorios lejanos condenando al olvido a los nuestros propios. Tradición silvestre propone volver a nuestras raíces y recuperar todas aquellas tradiciones que se han ido salvaguardado a lo largo de los siglos y que forman parte de nuestra historia y patrimonio cultural.
La rueda del año es un calendario lunisolar representado gráficamente con un círculo que figura el año natural y que se segmenta en ocho radios más o menos equidistantes que se corresponden con otras tantas festividades o sabbats. Cada una coincide con importantes momentos del ciclo anual de la naturaleza, como los equinoccios y los solsticios, y con celebraciones agrícolas y pastorales que antiguos pueblos europeos celebraban antes de ser absorbidas por el cristianismo y otras grandes religiones.
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